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La también llamada Ciudad Eterna está situada en el centro de la Península Italiana, a las orillas del río Tíber. Fue el centro del Imperio Romano y ahora es la capital de Italia. Además, el Vaticano, un estado independiente sin salida al mar y sede del papa, se encuentra aquí. Así, esta extraordinaria ciudad sigue siendo hasta hoy un centro de política, negocios y religión.
Con sus alrededor de tres millones de habitantes, Roma es la mayor ciudad de Italia y la tercera de la Unión Europea.
Hay pocas ciudades en el mundo que hayan experimentada una historia tan agitada como Roma. Fue fundada ya en el año 753 a.C: Según la leyendo, la fundó Rómulo sobre las colinas de Roma. Desde entonces, la historia del mundo se escribió en esta ciudad única en casi todas las épocas: Como centro del Imperio Romano y más tarde como centro de la Iglesia Católica. Incluso el propio Papa gobernaba la ciudad hasta 1870.
Por supuesto, a cada paso respiramos historia en esta ciudad: Caminando por las estrechas calles de encanto, de repente se vislumbra el Coliseo u otros vestigios de la antigua Roma. En el Vaticano, en la Plaza de San Pedro, miramos hacia la Basílica de San Pedro y sentimos la imponente historia de la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, los barrios que están de moda entre la juventud no solo ofrecen muchas oportunidades para salir, sino también delicias culinarias (la verdad es que la pasta, la pizza, etc., simplemente saben mejor en Roma, un punto culminante: unos simples espaguetis al pomodoro y estarás en el séptimo cielo). Pero hay una cosa que la ciudad definitivamente no es: pasada de moda. Y no es solo por la viveza de sus habitantes.
Una gran ventaja: Por muy grande que sea Roma, el centro histórico se puede recorrer fácilmente a pie o, si las distancias son demasiado grandes, en un autobús hop-on hop-off.
Esta ciudad está repleta de monumentos, museos, pero también de lugares en los que simplemente puedes disfrutar del «dolce fa niente» o contemplar el bullicio mientras te tomas un aperitivo (la hora del té italiano, pero con Aperol spritz, prosecco y aceitunas, patatas fritas y bruschetta).
Una sugerencia de antemano: dado que Roma tiene tanto que ofrecer, conviene planificar bien la visita, reservar las entradas y las visitas guiadas con antelación, y también es muy recomendable una City Card/Rome Pass.
La lista de lugares de interés y monumentos podría continuar casi indefinidamente, pero lo que no debes perderte en ningún caso:
Castel Sant`Angelo, Basilica di Santa Maria Maggiore, Galleria & Villa Borghese, Monumento a Vittorio Emanuele II, Piazza del Popolo, Forum Romanum y Platin etc. etc.
Si quieres huir del bullicio, te recomendamos un viaje a las excavaciones del antiguo puerto romano de Ostia Antica.
El clima y el tiempo en Roma son como la vida allí: típicamente mediterráneos: con veranos secos y temperaturas elevadas – puede hacer mucho calor. La temperatura media en julio es de 30 grados. Diciembre es el mes de mayor cantidad de precipitaciones. Pero las temperaturas no son especialmente frías ni siquiera en invierno. La mejor época para visitar esta gran ciudad, si no te gusta el calor, son la primavera y el otoño, aunque Roma merece una visita en cualquier momento.
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